Scagni y Piñeyro: ¿enemigos íntimos?

Tras años de “guerra mediática” se amigaron y salen juntos por “FM Principal”

Los conozco a ambos. Trabajé con ambos. Soy amigo de uno. Conocido del otro. Soy periodista como uno. Nunca jugué en Primera División como el otro. En radio, los escuché a los dos. Por tanto, asistí como oyente al “fuego cruzado” que se tiraron por años desde “Emisora Principal” a “Radio 41” y viceversa.


Por Diego Sebastián Maga
En semanas, Ricardo y Mario, Piñeyro y Scagni, “Caio” y “Mariolo”, van a convivir (el primero relatando y el otro comentando) en el equipo radial de “Fútbol Principal” (107.9 de FM). Justamente ellos, que protagonizaron un duelo mediático y dialéctico cuya agresividad fue en ascenso hasta distanciarlos cada vez más. Por eso es que me asalta la misma duda que a muchos: ¿cómo puede ser que se hayan juntado después de tirarse con “munición gruesa” durante tanto tiempo e insistir en ubicarse en la “vereda contraria”? Actualmente, pueden existir dos opciones: o “firmaron la paz” o quieren llevar “la guerra” a un mismo campo de batalla.
Naturalmente, trabajar con alguien no exige mantener una amistad profunda ni siquiera leve. Ahora bien, cuando estas personas, durante tanto tiempo, vivieron en polos opuestos y apuntaron al otro con desconfianza y acidez, la gran incógnita es ¿cómo reconciliar lo irreconciliable? Bueno, partamos de la base de que la distancia más corta entre dos personas es la comunicación. Aunque claro, ¿cuánto tienen que haber hablado dos tipos con semejante incompatibilidad de caracteres?
Probablemente, se hayan sentado, rebobinado y quitado tensión a la conflictiva relación. O, quién sabe, quizás alguno decidió abandonar su “trinchera” y pasar a la de enfrente para declarar el “cese del fuego”. De ser así: ¿quién de los dos se mudó de bando? Eso lo veremos cuando estén al aire. Roguemos, tras tantos años de “guerra mediática”, que gane el bando del “periodismo”.
A mitad de año, entrevisté a Ricardo cuando su pase a “Fútbol Principal” era inminente (luego se frustró) y le confesé la duda que da origen a este polémico reencuentro: “¿cómo es posible que un periodista conviva con un ex jugador que repite que para opinar de fútbol tenés que haberlo jugado? ¿Esto no contradice tus principios?” Ricardo me respondió: “Mario dice eso, pero no lo piensa”. Menos mal, reflexioné en aquel entonces con alivio…
Si es así, como me aseguró Ricardo, veo que “Mariolo” perdió el tiempo interpretando a un personaje que nada tenía que ver con su “verdadera personalidad” para caer simpático a los jugadores o a los técnicos o quién sabe a quién. Y tal vez el “verdadero” Mario esté arrepentido de todo cuanto dijo y coincida más con la idea de salir al aire y decir “mi opinión es…” antes que decir “yo que jugué al fútbol digo…”. Claro, esto en caso de que Piñeyro esté en lo cierto. De lo contrario, Ricardo y Mario van a tener mucho que discutir para ponerse de acuerdo o convencer al otro de que está completamente equivocado. Y –según quien gane la disputa ideológica- tendremos a Piñeyro empezando a entrenar en un equipo de “Primera División” para ponerse al día con sus “nuevos ideales” o tendremos a Scagni tomando al “periodismo deportivo” como una disciplina que no necesariamente exige haber jugado a la pelota para hablar sino -como toda rama del periodismo- exige “ser periodista”. Ni más ni menos que eso: ¡ser periodista! Esto implica: ser curioso, investigar, estar bien informado, saber comunicar y debatir ideas con altura. Sinceramente, rara vez escuché a un periodista que cubre policiales exigir a los demás que para opinar del asunto hay que ser policía o a quien cubre la “sección política” reclamar que quien opina de la materia tiene que ser edil, diputado o senador.
Otra posibilidad es que los dos continúen tan irreconciliables como siempre y no hagan más que acercar su “eterno debate ideológico” para llevarlo delante de un mismo micrófono. Y estén dispuestos a “no” perder coherencia con su pasado y a discrepar con la misma intensidad de antes, solo que –esta vez- “cara a cara”.
Eso sí, confieso que no me los imagino reconciliándose con “Friend to be friends” de “Queen” sonando de fondo. Abrazándose en “cámara lenta” como en el final de los capítulos de la vieja serie “Amigos son los amigos”. Esto es poco probable. Aparte, todos saben que los actores “Carlín” Calvo y Pablo Rago ¡nunca jugaron al fútbol y mucho menos hicieron periodismo!
Ahora, solo queda abrir los oídos y esperar a que ellos abran la boca para ratificar o rectificar sus pasados radiales y periodísticos. Lo concreto es que “Caio” y “Mariolo” están ahí. Aún no sé si juntos o entreverados. Pero ahí están. Reconciliando sus pareceres. Amigando sus ideas. O, definitivamente, más enfrentados (y cerca) que nunca.
Igual, tampoco da para ser tan alarmistas, la política maragata viene avalando las “asombrosas reconciliaciones” entre “enemigos íntimos”. Y los programas de chismes argentinos ofrecen un menú televisivo que tiene su atractivo esencial en las “sangrientas guerras verbales” y las “amables reconciliaciones en cámara”. Por eso, nadie se va a indignar o espantar por esto. Y menos si Mario y Ricardo –pese a sus declaradas antipatías- ahora sienten la suficiente comodidad y cordialidad como para formar dupla de comentarista y relator.
Después de todo, en este mundo, nada es permanente. Ni lo bueno ni lo malo. Ni los amores ni los odios. Y muchos menos, las opiniones… Por eso, voy dejando por acá, no sea cosa que me arrepienta de todo lo que escribí, cambie de opinión y tenga que escribir todo de nuevo…